Estamos en Pájara, isla de Fuerteventura, la primera de las islas Canarias que surgieran de episodios volcánicos en el fondo del océano. Basta echar un vistazo a sus paisajes para quedar sobrecogidos por la belleza y magestuosidad que la naturaleza es capaz de crear.
Las Playas de Jandía, consideradas como las mejores de Europa, son un milagro para los sentidos, la piedra más preciosa de Pájara en la zona de Sotavento. Su parque natural posee la mitad de toda la arena dorada de la isla. Una arena finísima de origen marino denominada “Jable”. Su suave oleaje y sus inmensos arenales son el gozo de viandantes, familias y aficionados a los deportes acuáticos. En la zona de Barlovento encontramos el contrapunto a la calma, las dunas y la fina arena. Sus altos acantilados de espectacular belleza y su morfología abrupta dejan sentir la inmensa fuerza del agua.
Las vistas más imponentes de esta zona son las de la playa de Cofete, al pie de un gigantesco acantilado formado por coladas basálticas. Y en el norte se encuentran las conocidas y antiguas cuevas de Ajuy junto a la playa del mismo nombre, protegidas bajo la figura de “Monumento Natural”. Es imposible vivir Pájara de cerca y no volver. Es imposble resistir la atracción, el empuje que la Naturaleza ejerce en sus playas.
